A continuación publicamos un interesante articulo sobre la situación de los residuos y de los clasificadores en el departamento de Salto. Buena lectura…
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Un problema serio: los residuos
Uno de los problemas serios que afectan a las ciudades, es como se tratan los residuos domiciliarios (además de los industriales, comerciales, de construcción, hospitalarios y de podas o verdes).
Las mejoras económicas de grandes capas de la población, el ingreso de nuevos productos y otras cuestiones nos han llevado a incrementar el consumo de bienes y servicios y con ello el crecimiento de los volúmenes de residuos.
Este tema ha ido creciendo con el paso de los años y a estas alturas (desde hace años atrás) se necesita un proyecto de largo plazo, que trascienda diferentes gobiernos. No existe otra vía, así lo demuestran los municipios (conocidos: argentinos y brasileños) que llevan veinte o treinta años en ejecución, pasan los gobiernos pero el sistema sigue funcionando, a nadie se le ocurre deshacer lo que está hecho, sino continuar y mejorar la gestión.
La intendencia del FA entendió este problema y puso manos a la obra.
Se elaboró un proyecto (Un Salto para todos) que entre otros ítems atendía el tema del reciclado de los residuos domiciliarios. Este proyecto contó con financiación de la Unión europea quién entendió que se trataba de un proyecto viable.
Como es la disposición final de los residuos en Salto
El actual vertedero es un campo municipal de 94 hectáreas que funciona desde finales de los años 90 y ya debe andar en las 300.000 toneladas de residuos depositados y pésimamente cubiertos, con varios problemas a cuestas, molestia para los vecinos (humo, olores,) emanaciones de gases de efecto invernadero, escurrimiento superficial de lixiviados (liquido negro y de olor fétido) presencia de víboras, moscas, ratas, perros y un largo etc.
Los recicladores y el negocio del reciclado
Existe un número importante de personas llamados en adelante “recicladores” que trabajan dentro del vertedero de basura de Salto, trabajan a cielo abierto bajo el sol y la lluvia dentro de la basura entre las moscas y el olor, entre las máquinas y los camiones que van y vienen. (En Fray Bentos murió un joven aplastado) ellos extraen varias toneladas de materiales que son reciclables. Hacen el trabajo sucio, pesado y peligroso pero las ganancias se las lleva una empresa del medio que compra a precio de ganga lo que vende en otro lado a otro valor. Los recicladores están en manos de una empresa, son absolutamente dependientes de la firma que les compra el material, la empresa va a levantar y comprar en el vertedero, luego lo compacta en sus instalaciones, lo mete en un camión con zorra y lo vende en otro lado.
La situación de precariedad y dependencia de los recicladores es tan grande que si el mayorista no compra por dos o tres días, los precios se derrumban ya que las familias de los recicladores viven el día a día y urge vender a cualquier precio, estos datos fueron aportados por expertos del Mides (datos nacionales) y sirven a modo de ejemplo del grado de vulnerabilidad de la población recicladora.
Los trabajadores de la basura no son seres marginales, son hombres y mujeres con familia, hijos, aspiraciones, ganas de salir adelante, se agruparon en una cooperativa (Las gaviotas) que desde hace años lucha por unos objetivos bien definidos, mejorar las condiciones de trabajo y por ende de beneficios, justo es decirlo fueron acompañados por técnicas/os del Mides y otros organismos en este camino que por ahora les ha resultado adverso.
A mediados del año 2009 el empresario intermediario se presentó a hablar con quienes estábamos en el equipo del proyecto Un Salto para todos a preguntar como encajaba su empresa en nuestro proyecto y se le dijo que el proyecto estaba pensado para los recicladores y no para una empresa, que no se descartaba alguna acción en común en el futuro pero que en todo caso eso lo decidirían los cooperativistas.
(Este empresario que se las veía venir, estuvo presente en el acto de inauguración de la planta).
Para qué hacer un proyecto
a) Brindar a los recicladores condiciones adecuadas para su trabajo, esto es:
– Formalizar el trabajo, que se integren al circuito formal de aportes y beneficios sociales.
– Que trabajen bajo techo, lejos de las máquinas (mejora de la seguridad).
– Que trabajen en posición ergonómica adecuada.
– Que dispongan de baños, agua potable, duchas, sala de descanso y vestuarios, etc.
b) Mejorar las condiciones de trabajo con dos objetivos bien definidos:
1°) Aumentar la productividad y en consecuencia el margen de ganancias de los recicladores (beneficio para el grupo de trabajadores).
2°) Al aumentar el volumen de materiales extraídos se alarga la vida útil del vertedero. (beneficio para la comunidad) No hay registros confiables entre la cantidad de residuos que entra al vertedero y lo que se extrae para reciclar, pero no es mas del 3, 4 o 5% lo que se recicla, o sea que hay un gran déficit que se amontona sin solución.
De forma subsidiaria y si se cumplían los objetivos primarios, se podría pensar en trabajar en horarios extendidos, brindando un trabajo formal a jefes y jefas de familia.
Como queda claramente expresado se buscaba priorizar a los recicladores.
La planta y las elecciones municipales
Se construyeron: la planta, la cinta transportadora y una compactadora (estos dos últimos hechos en los talleres municipales) con materiales de muy buena calidad.
Estábamos en los últimos detalles cuando se producen las elecciones municipales, y como es sabido el FA pierde y asumen las nuevas autoridades.
Todo terminó con un corte de cinta, palabras, discursos y adiós a las ilusiones de muchas familias de recicladores que apostaron a la idea de unirse para trabajar y mejorar las condiciones de vida y de trabajo.
Porque no funciona la planta?
Cada vez que algún medio les preguntó a distintos directores del actual gobierno municipal sobre la situación de la planta de clasificación de residuos, los argumentos fueron del estilo:
1°) Consultamos a una firma argentina y nos dijeron que esta planta está mal hecha (claro la firma consultada fabrica y vende plantas, no repara, su negocio es vender)
2°) la cinta transportadora tiene defectos.
3°) la pista de descarga es muy chica.
4°) la compactadora no tiene fuerza.
Esto se puede entender durante los primeros meses, pero en tres años y medio no hubo tiempo de reparar una compactadora?
Para que el lector sepa, una compactadora no es más que una estructura simple pero robusta de hierro con un motor eléctrico que mueve una bomba hidráulica que a su vez mueve un gato hidráulico y esta acción compacta el material. Muy simple, cualquier taller metalúrgico de Salto lo puede reparar.
No hablemos de corregir otros “defectos”, solo pensemos en reparar la compactadora que sería una herramienta de utilidad e independencia de la comercialización del material extraído.
Usted también puede preguntarse porqué el proyecto no compró una planta llave en mano, la respuesta es sencilla: el préstamo no alcanzaba para esa inversión.
Quienes participamos del proyecto sabíamos que, como cualquier emprendimiento esta planta requeriría ajustes, cambios, resolver problemas previsibles o imprevistos, que había que invertir en una pala cargadora y un camión para el trasiego interno de los residuos.
También sabíamos que este era sólo el primer paso de otros planes que incluían la preclasificación domiciliaria de los residuos, instalación de contenedores, levante diferenciado de residuos (secos y mojados), etc.
Las consecuencias de que Las gaviotas no hayan podido levantar vuelo
Lamentablemente el actual gobierno departamental le negó a Salto un plan de tratamiento de los residuos, no sería perfecto pero había un plan, hoy no hay nada, ni mejor ni peor, no hay plan. Aquí no perdió el FA, ni el ex intendente Fonticiella, ni tampoco (sólo) los recicladores (que perdieron mucho), ni quienes participamos en mayor o menor medida de este proyecto, ni los empleados municipales que pusieron sus conocimientos y buena fe en la construcción de herramientas y maquinarias.
Con la acción de las actuales autoridades perdimos todos, perdió Salto.
Las 80 o 100 toneladas diarias de basura que genera la ciudad de Salto sigue pudriéndose a cielo abierto a orillas del arroyo San Antonio a 12 kilómetros de la toma de agua de la ciudad de Salto, claro, casi nadie pasa por ahí, casi nadie lo ve, sólo los vecinos y algún despistado que se pierda en los caminos de la zona se pueden tropezar con ese monumento de desechos.
Lo positivo de esta desgraciada situación es que la cooperativa Las Gaviotas sigue trabajando porfiadamente contra las decisiones adversas del poder de turno.
Siguen unidos y esperanzados en que en alguna vuelta les toque salir ganando.
Mientras tanto la injusticia se sigue perpetrando: los recicladores siguen trabajando para beneficio de una empresa y el enriquecimiento de un empresario, todo ello frente a la indiferencia, inacción o conveniencia del gobierno municipal.
Por más que mañana algún vocero del gobierno departamental salga a los medios a tratar de minimizar o desmentir lo que aquí se dice resulta claro que no hay casualidad en mantener la situación actual de una planta inactiva.
Se actuó de modo inequívoco en contra de los intereses legítimos de los recicladores y a favor de un empresario. Claro que tienen la excusa perfecta, según los actuales gobernantes, la intendencia del FA “les entregó (a los recicladores) un galpón vacío”.
Ricardo Nicola
Salto – Diciembre de 2013